martes, 27 de octubre de 2009

WELCOME TO THE NIGHTMARE 2 (Me cago en el papeleo de mierda, en el fax y en este laberinto incomprensible que es la Universidad de Karlstad)



Después de un poco de feedback tras estos dos meses que he estado escribiendo y grabando este vídeo-blog, he llegado a la conclusión de que os gusta verme sufrir. Según parece, la entrada del pasado septiembre en la cual me pegaba de tortazos con el sistema de correos y bancario sueco divirtió a bastante gente; pues bien, no temáis, pues al Escandimemo todavía le siguen puteando de vez en cuando.

Esta entrada puede que resulte ilustrativa para aquellos que quieran saber cómo funcionan las ayudas económicas para los estudiantes Erasmus. No obstante, aquí encontraréis sobre todo una gran cantidad de ira y ganas de repartir hostias entre todas las putas madres del Buda. Avisados estáis.

Vamos allá.



Recuerda, joven lector: la mierda está en todas partes, y si bien ahora le cae encima al Escandimemo bien podría pringarte a ti en el futuro. El karma no falla nunca.


EL ESCANDIMEMO Y EL PAPELEO DE LOS COJONES.

Os voy a poner un poco en situación. Un estudiante Erasmus recibe por defecto dos becas diferentes sin necesidad de solicitud alguna por su parte. Una procede del Organismo Europeo de Nosequé y su dotación es de alrededor de 135 euros por mes de estancia, a veces fraccionados en dos pagos dependiendo de cómo le dé por ahí a los funcionarios. La otra proviene del Ministerio de Educación y tiene más o menos la misma dotación y características. No obstante, la primera se tramita en octubre mientras que la segunda lo hace en diciembre.

No obstante, para que se tramiten ambas ayudas, primero hay que asegurarse de que el papeleo del estudiante, es decir, los documentos que acreditan las asignaturas escogidas en ambas universidades (la de España y la del país de acogida) pueden convalidarse.

Suele darse el caso de que, al llegar, el estudiante tiene que cambiar algunas asignaturas porque no son convalidables, porque algún curso ha sido cancelado o coincide con otro o porque Dios simplemente le odia. Ése fue mi caso (el de que Dios me odia y los demás también), así que me dispuse a trabajar junto con mi coordinador de España para atajar rápidamente el problema y poder recibir mi dinero.



Y éste, amigos, es el momento de la historia en el cual todo se va a la mierda.


Sé que es una lotería el hecho de que te toque un buen coordinador Erasmus o uno mediocre. Pero mi caso llega a ridículos extremos.

Al principio, yo no sabía cómo funcionaban las becas, así que mandé un correo a mi coordinador para que me explicara un poco el tema. La respuesta consistió en un escuetísimo mensaje en el cual se me indicaba que me dirigiera a la encargada de Relaciones Internacionales de la UPV. Me daba el nombre, pero no la dirección. Bueno. Pedí ayuda a la susodicha y ésta me respondió con un largo e ilustrativo mensaje que me sacó de dudas. Viva.

De dicha respuesta extraje la conclusión de que, si quería ver mis bolsillos repletos de nuevo de vil metal, debía cambiar algunas cosas de mis papeles. De modo que rápidamente decidí qué era lo que debía modificar y lo notifiqué a mi coordinador.

Tras una semana sin respuesta, mandé otro mensaje.

Idéntico.

La respuesta llegó, diciéndome: “Hola. Acepto tus cambios. Un saludo”. NO ES BROMA, EL MENSAJE ERA ASÍ.

Al cabo de una semana, fui a la secretaría y sorpresa, el acuerdo de mierda no estaba hecho. ME LA SUDA SI ACEPTAS LOS CAMBIOS, TONTO DE MIERDA. LO QUE QUIERO ES QUE LOS CAMBIOS LOS HAGAS TÚ. Total, que le envié otro correo a prueba de tontos de mierda (si no me creéis, mandadme un mensaje para que os envíe una copia, porque s no es para tontos que baje Dios y lo vea) con los cambios adecuados. Respuesta: “Vale. A ver si puedo hacerlo para el martes. Un saludo”.



Más te vale, cabronazo. Más te vale.


Al día siguiente, se me informa de que ya está hecho el cambio y de que el nota se lo ha dejado a su secretaria en la mesa para que ella lo mande. Dejo pasar una semana. A estas alturas yo ya estoy sin blanca y necesito la beca como agua de mayo. Después me vuelvo a dirigir a la secretaría.

Cruza los dedos. La vieja tarda mucho en darme mi documento de acuerdo y encima cuando lo hace resulta que se ha confundido con otro Guillermo que estudia en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Venga, otra vez… no, no pasa nada… puta vieja de mierda… vuelve de nuevo (la cola detrás de mi ha adquirido ya proporciones legendarias). Esta vez sí es mi papel. Lo miro.

Sin cambios.



Lo mismo, pero en vez del planeta está la puta cara de mi coordinador.


Me voy al ordenador y envío EXACTAMENTE el mismo correo a prueba de tontos de mierda de antes. El nota recurre a enviarme el documento escaneado. Total, que al final lo tuve que imprimir y enviar a la coordinadora de aquí yo mismo.



¿Se ha acabado? Sí, ¡se ha acabado! BOAJAJAJAJA.


No del todo, señora.


EL ESCANDIMEMO Y EL FAX DE LOS COJONES

El caso es que ya había arreglado el papeleo para que empezaran a tramitar la beca, pero no había arreglado el papeleo para cuando llegase la beca. Así pues, hace pocos días me llegó desde casa de mis papis la alegre noticia de que al fin había llegado el resguardo de la beca. Adjunto la transcripción fidedigna de la llamada telefónica.

Escandimemo: Bien, ahora ya sólo tenéis que enviar el resguardo a la universidad y volveré a ser asquerosamente rico, jar, jar, jar…

Papá: No tan rápido, forastero. Primero tienes que enviar un fax a correos diciéndoles que nos autorizas a recoger el sobre con el documento.

E: ¿Ein? Pero si sois mis padres, digo yo que podréis.

P: Pues no, resulta que está bajo envío confidencial u otra mierda por el estilo.


A ver si lo habéis entendido: un documento destinado a la familia de alguien que por cojones tiene que estar en el extranjero (al ser una beca de estudios en el extranjero) fue enviado de tal manera que solamente yo podía recogerlo. El nivel de subnormalidad de esto es tan, pero tan elevado que por un momento temí que el espacio y el tiempo se rasgaran al no poder soportar tantísima estupidez.

Bueno, pues vamos a enviar el fax de los cojones. Afortunadamente, esta es una biblioteca escandicool que, como ya dije en su día, cuenta con fax gratuito. Me dirijo al aparato, tecleo el número. Error. Vamos a probar con un cero más en el prefijo. Error. Otro cero más. Error. Vaya, el fax se ha bloqueado por tantos errores de mierda. Le pregunto a la becaria, quien por supuesto no tiene ni puta idea de cómo funciona el fax. Va a buscar a la Oh Gran Bibliotecaria Jefe para que me diga cómo enviar. Vamos a darle otra vez. Desbloqueamos el fax. Llamo a mi padre para que me vuelva a decir el número, por si acaso. Todo en orden. Teclear número. Error.



¡¡AAAAGHHHH!!


Al final, conseguimos enviar el fax. El número es el que tecleé en primer lugar, se ve que hubo un error informático o qué sé yo. Estoy cansado y me siento muy solo. Justo en ese momento me doy cuenta de que faltan cinco minutos para clase. Mierda. Voy a donde se supone que está el aula, y al llegar me encuentro con un papelito en la puerta que dice: “estamos en el aula 1B309”.

La puta aula 1B309.

Tardé media hora en encontrarla. TREINTA MINUTOS. Parecen pocos. Probad a estar mirando al reloj sin hacer nada durante ese tiempo y veréis que puede ser muy, pero que muy largo.

Me he dado cuenta de que la universidad que yo creía conocer es en realidad un laberinto despiadado y sin sentido. Todas las paredes se parecen y todos los edificios tienen números parecidos. Encontré el aula 1D309, 1B 310, 1B409 y mucha más mierda. Pero no la clase que yo buscaba. Joder, parecía la puta película de CUBE, pero sin trampas. ME CAGO EN MI VIDAAARGHH.



¡Confía en mi habilidad para ver a la gente como si fuera una radiografía!


Para cuando encontré el aula casi de chiripa ya era muy tarde. Así pues, lo mandé todo a tomar por el culo y me fui a casa.

La vida puede dar mucho asco.

Hasta la próxima.



Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. He visto aulas cambiar de lugar y faxes reírse en mi puta cara ante la puerta de la biblioteca. He visto coordinadores subnormales y papeles, y papeles, y papeles, papeles, papeles…



[Escuchando: Strenght Beyond Strenght, de Pantera]

3 comentarios:

Dani dijo...

Joder Guille, me encanta como escribes. Y con las fotos de Tarantino y Blade runner te has ganado mi corazón xD
Una duda técnica, ¿si te vas de Erasmus puedes seguir teniendo la beca del MEC, o es incompatible con la que te dan?

Guillermo García Lapresa dijo...

Puedes perfectamente, de hecho yo la tengo. Si por ventura has sido becario del MEC el año anterior a ser erasmus, se te incrementa automáticamente la cuantía de la beca del Ministerio (la de diciembre) a 300 y pico euros.

Cualquier duda de becas, consultadme. Responderé lo mejor que sepa.

Natxo Pistatxo dijo...

Pobre Willy. ¡Qué Dios se apiade de tu alma!
Desde la fría y lluviosa Santoña, abrazos y puños de hierro.

Cuídate.

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